Entre los beneficios de controlar la temperatura de la masa, podemos mencionar:
Para evitar estas acciones no deseadas, tenés que regular la temperatura de las masas mezclando la harina con agua fría o agua con hielo. Lo ideal es obtener una temperatura interna de las masas entre los 18 °C a 26 °C. Temperaturas superiores o inferiores a estos rangos podrían generar efectos no deseados en el pan.
Recomendaciones para cuidar la temperatura: